La que más lunares tenía era la nana de Martín Ilóm, el recién parido hijo del cacique Gaspar Ilóm. La que más lunares y más piojos tenía. La Piojosa Grande, la nana de Martín Ilóm. En su regazo de tortera caliente, en sus trapos finos de tan viejos, dormía su hijo como una cosa de barro nuevecita y bajo el coxpi, cofia de tejido ralo que le cubría la cabeza y la cara para que no le hicieran mal de ojo, se oía su alentar con ruido de agua que cae en tierra porosa.
Mujeres con niños y hombres con mujeres. Claridad y calor de fogarones. Las mujeres lejos en la claridad y cerca en la sombra. Los hombres cerca en la claridad y lejos en la sombra. Todos en el alboroto de las llamas, en el fuego de los guerreros, fuego de la guerra que hará llorar las espinas.
Así decían los indios más viejos, con el movimiento senil de sus cabezas bajo las avispas. O bien decían, sin perder su compás de viejos: Antes que la primera cuerda de maguey fuera trenzada se trenzaron el pelo las mujeres.
——Asturias en Hombres de maíz
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Novelista y poeta del realismo mágico, influido en sus orígenes por el realismo, muy pronto, sin renunciar a esa impronta, se adentra en su campo predilecto: la mitología aborigen, la propia tierra —lo «telúrico», en término muy actual—, en el sentido de compromiso con los sinsabores de los campesinos sometidos al yugo colonialista, lo que se ve en los títulos de sus obras. Junto a ello, y una faceta no menos importante, la calidad y sonoridades de su prosa apenas admiten comparación en la literatura castellana del siglo xx.
Publica Leyendas de Guatemala (1930) en torno a mitos y leyendas nativos y mestizos. En su célebre novela El señor presidente (1946) retrata a un típico dictador latinoamericano —como también hicieron Valle Inclán en Tirano Banderas, García Márquez en El otoño del patriarca, Roa Bastos en Yo el supremo, Alejo Carpentier en El recurso del método o Vargas Llosa en La fiesta del chivo— para lo que se sirvió de procedimientos grotescos y burlescos con el fin de describir con contundencia la brutalidad y la opresión social ejercidas por los gobiernos dictatoriales. Escribió los libretos de las óperas Emulo Lipolidón e Imágenes de nacimiento para el compositor José Castañeda.39
Hombres de maíz (1949) es reconocida por muchos como su obra maestra.40 En la novela se aprecian las voces y los rostros del oprobio y la injusticia, pero en términos de cruda explotación colonial. Para ello, lo más resaltable es que el autor logra, de forma casi sobrenatural, acoplar el lenguaje y el ritmo de su prosa a los personajes que retrata, a sus fantásticas creencias, sus atávicas maneras y costumbres.
En esta misma línea se encuentran dos de sus principales obras: Mulata de tal y Tres de cuatro soles, en las cuales el autor incorpora a su novelística sus conocimientos antropológicos sobre mitología maya, poniendo en relación de manera magistral, al apelar a una forma de narrar fuertemente influida por el surrealismo, las cosmovisiones aparentemente excluyentes de la Guatemala pre y post colonial. En estas obras los antiguos dioses mayas recuperan inesperadamente su lugar en el mundo contemporáneo, como en Tres de cuatro soles, o son brutalmente reemplazados por nuevas deidades traídas e impuestas por las distintas potencias imperiales. En este proceso las metamorfosis y los cambios abundan, como se puede observar en Mulata de tal, libro de gran estilo, complejo y maravilloso. Este mundo sincrético diverso y culturalmente rico, sobrevive fundamentalmente en el lenguaje de los pobres y los explotados, lenguaje que Asturias maneja con singular habilidad, que le permite mostrar un mundo en una frase y ensayar una poética de los excluidos y de los oprimidos. El autor se resiste a aceptar el genocidio cultural y humano que la realidad colonial parece imponerle a su pueblo, y reafirma la vitalidad de este último, encarando una empresa literaria que pone como principales protagonistas a aquellas víctimas sometidas al yugo de la dominación imperialista que, no obstante su situación, resisten a la opresión, manteniendo y reproduciendo en las condiciones más adversas una identidad propia.
Insistió en parecidos temas en sus siguientes obras, como en la polémica trilogía novelística conocida como «La trilogía de la república de la banana» que es conformada por: Viento fuerte (1950), El papa verde (1954) y Los ojos de los enterrados (1960).
Las obras de teatro de Miguel Ángel Asturias son menos conocidas, si bien abunda en el inconformismo y la crítica social: Chantaje y Dique seco, ambas de 1964.
Leyendas de Guatemala
El primer libro publicado de Asturias fue Leyendas de Guatemala (1930), una colección de nueve historias que exploran los mitos mayas de la época precolonial, así como temas que se refieren al desarrollo de una identidad nacional guatemalteca. Su fascinación por textos precolombinos como Popol Vuh y Anales de los Xajil, así como sus creencias en mitos y leyendas populares, tuvieron una gran influencia en la obra.41 La académica Jean Franco describe el libro como «recreaciones líricas del folklore guatemalteco, inspirándose en fuentes coloniales y precolombinas».42 Para el crítico de la literatura latinoamericana Gerald Martin, Leyendas de Guatemala es «La primera gran contribución antropológica a la literatura española de América».43 Según el académico Francisco Solares-Larrave, las historias son un precursor del movimiento del realismo mágico.44 Asturias utilizó escritura convencional y prosa lírica para contar una historia acerca de aves y otros animales que conversan con seres humanos arquetípicos.45 El estilo de escritura de Asturias en Leyendas de Guatemala ha sido descrito por algunos como «historia-sueño-poemas».29 En cada leyenda, Asturias atrae al lector con una furia de belleza y misterio sin ser capaz de comprender el sentido de espacio y tiempo.46 Leyendas de Guatemala trajo elogios de la crítica en Francia, así como en Guatemala. El destacado poeta y ensayista francés Paul Valéry escribió sobre el libro: «descubrí que se creó un sueño tropical, que viví con singular encanto».47
El señor presidente
El señor presidente, una de las novelas más aclamadas de Asturias, se completó en 1933 pero permaneció inédita hasta 1946, cuando salió en México como publicación privada.28 Como uno de sus primeros trabajos, El señor presidente mostró el talento de Asturias y su influencia como novelista. Zimmerman y Rojas describen su obra como una «denuncia apasionada contra el dictador guatemalteco Manuel Estrada Cabrera».48 La novela fue escrita durante el exilio de Asturias, en París.49 Durante la realización de la novela, Asturias se asociaba con los miembros del movimiento surrealista, así como con otros futuros escritores de América Latina, tales como Arturo Uslar Pietri y el cubano Alejo Carpentier.50 El señor presidente es una de muchas novelas que exploran la vida bajo un dictador de América Latina y, de hecho, ha sido proclamada por algunos como la primera novela real, a explorar el tema de la dictadura.51 El libro también ha sido llamado un estudio del miedo, porque el miedo es el clima en el que se desarrolla.52
El señor presidente utiliza técnicas surrealistas y refleja la idea de Asturias que la conciencia irracional de la realidad de los indígenas es una expresión de fuerzas subconscientes.34 Aunque el autor nunca especifica el lugar donde la novela tiene lugar, es evidente que el argumento se ve influenciado por el gobierno del presidente y dictador guatemalteco, Manuel Estrada Cabrera.53 La novela de Asturias examina la forma en que el mal se extiende hacia abajo desde un poderoso líder político, por las calles y en las casas de los ciudadanos. Muchos temas, como la justicia y el amor, son objeto de burla en la novela, y escapar de la tiranía del dictador es aparentemente imposible.54 Cada personaje en la novela se ve profundamente afectado por la dictadura y debe luchar para sobrevivir en una realidad aterradora.49 La historia comienza con la muerte accidental de un alto funcionario, el coronel Parrales Sonriente.55 El presidente utiliza la muerte del coronel para deshacerse de dos hombres, cuando se decide a implicarles en el asesinato.55 Las tácticas del presidente son vistas como sádicas, ya que cree que su palabra es la ley que nadie debe de cuestionar.56 La novela entonces acompaña a varios personajes, algunos cercanos al presidente y otros que buscan escapar de su régimen. El consejero de confianza del dictador, a quien el lector conoce como «Cara de ángel», se enamora de Camila, la hija del general Canales.57 Bajo la orden directa del presidente, Cara de ángel convence al general Canales que una fuga inmediata es imprescindible.56 Desafortunadamente, el general es uno de los dos hombres que el presidente está tratando de implicar por asesinato; el propósito del presidente es que general Canales parezca culpable al ser baleado mientras huía.55 Mientras que el general es perseguido para su ejecución, su hija está bajo arresto domiciliario por Cara de ángel.58 Cara de ángel se ve atrapado entre su amor por Camila y su deber ante el presidente. Aunque el dictador nunca se nombra en la obra, tiene similitudes inequívocas con Manuel Estrada Cabrera.
En 1974, el dramaturgo Hugo Carrillo adaptó El señor presidente en una obra de teatro.59

Hombres de maíz
Hombres de maíz (1949) es generalmente considerado la obra maestra de Asturias, aunque sigue siendo una de sus novelas menos comprendidas.40 El título de Hombres de maíz se refiere a la creencia de los indígenas mayas de que su carne estaba hecha de maíz.60 La novela está escrita en seis partes, cada una explorando el contraste entre las costumbres tradicionales de los indígenas y una sociedad en proceso de modernización. El libro explora el mundo mágico de las comunidades indígenas, un tema del cual el autor era a la vez apasionado y conocedor. La novela se basa en la leyenda tradicional, pero la historia es de creación propia de Asturias.42 El argumento gira en torno a una comunidad indígena aislada —los hombres de maíz o «gente del maíz»—, cuya tierra está amenazada por personas ajenas con el propósito de su explotación comercial. Un líder indígena, Gaspar Ilom, encabeza la resistencia de la comunidad contra los colonos, quienes lo matan con la esperanza de frustrar la rebelión. Más allá de su tumba, Ilom vive como un «héroe popular»; a pesar de sus esfuerzos, no puede prevenir que la gente pierde sus tierras.61 En la segunda mitad de la novela, el personaje central es un cartero, Nicho, y la historia gira en torno a la búsqueda de su esposa perdida. En el curso de su búsqueda, abandona sus funciones, atados como los son a la «sociedad de los blancos», y se transforma en un coyote, el cual representa a su espíritu guardián.62 Esta transformación es otra referencia a la cultura maya; la creencia en el nahualismo, o la capacidad del hombre de asumir la forma de su animal guardián, es uno de los muchos aspectos esenciales para la comprensión de los significados ocultos de la novela.63 A través de la alegoría, Asturias muestra cómo el imperialismo europeo domina y transforma las tradiciones indígenas en las Américas.64 Al final de la novela, como lo señala Jean Franco, «se ha perdido el mundo mágico de la leyenda indígena»; pero concluye con una «nota utópica», como las personas se convierten en hormigas para transportar el maíz que han cosechado.62
Escrito en forma de mito, la novela es experimental, ambiciosa y difícil de comprender. Por ejemplo, su «esquema de tiempo es un tiempo mítico en el que miles de años pueden ser comprimidos y vistos como un momento único»; además, el lenguaje del libro es «estructurado de manera análoga a las idiomas indígenas».42 Debido a su enfoque inusual, pasó algún tiempo antes de que la novela fue aceptada por los críticos y el público.64
La trilogía bananera
Véase también: Los ojos de los enterrados
Asturias escribió una trilogía épica sobre la explotación de los indígenas en las plantaciones bananeras, compuesta por las novelas Viento fuerte (1950), El papa verde (1954), y Los ojos de los enterrados (1960).65 Es un relato ficticio de los resultados del control extranjero sobre la industria bananera de América Central.18 Al principio, los volúmenes fueron solo publicados en Guatemala en pequeñas cantidades.66 Su crítica al control extranjero de la industria bananera y la forma en que los indígenas guatemaltecos fueron explotados, finalmente le valió el premio más alto de la Unión Soviética, el Premio Lenin de la Paz. Este reconocimiento marca Asturias como uno de los pocos autores que fueron reconocidos por sus obras literarias tanto en el Occidente como en el bloque comunista durante el período de la Guerra Fría.67
Mulata de tal
Asturias publicó Mulata de tal en 1963, cuando vivía en exilio con su esposa en Génova, Italia. La novela recibió muchas críticas positivas; Ideologies and Literature lo describió como «un carnaval encarnado en la novela. Representa una colisión entre el Mardi Gras maya y el barroco hispano».68 La obra incluye la mitología maya y la tradición católica para formar una alegoría de creencia distintiva, y surgió como una novela importante en la década de 1960.45
Gerald Martin en la Hispanic Review comentó «[es] bastante obvio que todo el arte de esta novela se basa en su lenguaje. En general, Asturias coincide con la libertad visual de los dibujos animados, por utilizar todos los recursos que la lengua española le ofrece. Su uso del color es sorprendente y muchísimo más liberal que en las primeras novelas».69Asturias construyó la novela con un uso singular del color, una teoría liberal, y un uso característico de la lengua española.33 Su novela también recibió el Premio Silla Monsegur para la mejor novela hispanoamericana publicada en Francia.22
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